El moho es como pequeños puntos peludos que pueden crecer en cosas viejas o húmedas, como el pan o el queso que se dejan fuera por mucho tiempo. Es un poco como cuando te olvidas de limpiar tu habitación y el polvo comienza a acumularse en tus juguetes. Al moho le encanta vivir en lugares cálidos y húmedos, como a ti te gusta jugar en lugares cálidos y soleados.
Piensa en el moho como un pequeño bosque de plantas diminutas que no podemos ver a menos que crezcan lo suficiente. Así como los árboles en un bosque necesitan agua y sol para crecer, el moho necesita humedad y calor. Cuando encuentra el lugar adecuado, crece y se extiende, creando su pequeño bosque peludo.
Imagina el moho como un equipo de pequeños artistas pintando manchas verdes, azules o blancas en las cosas. Estos artistas están muy ocupados y trabajan muy rápido, así que si dejas la comida afuera por mucho tiempo, la cubrirán con su colorida obra de arte. Pero recuerda, aunque parezca interesante, no es algo que debamos tocar o comer, al igual que no debemos comer crayones o jugar con pegamento pegajoso.