A veces, cuando una mamá va a tener un bebé, el bebé comienza a crecer en su barriga. Es como plantar una pequeña semilla en el jardín. La regamos y la cuidamos, esperando que se convierta en una planta grande y fuerte. Pero a veces, incluso cuando hacemos todo bien, la semilla no crece adecuadamente. Esto es lo que sucede cuando ocurre un aborto espontáneo. No es culpa de nadie, y simplemente significa que el bebé no pudo seguir creciendo.
Piensa en un globo que estás tratando de inflar. Tomas una gran bocanada de aire y comienzas a soplar, pero a veces el globo tiene un pequeño agujero y no puede inflarse. No importa cuánto lo intentes, simplemente no se llena de aire. Un aborto espontáneo es un poco así. El bebé comienza a crecer, pero algo sucede que lo detiene, y el bebé no puede seguir creciendo en la barriga de la mamá.
Otra forma de entenderlo es pensando en una historia que quieres escribir. Tienes una gran idea y comienzas a escribir, pero a veces la historia no sale como planeaste y tienes que detenerte. No significa que no escribirás otra historia o que hiciste algo mal. Simplemente significa que esta historia en particular no pudo completarse. El aborto espontáneo es parte de la vida y puede suceder, y está bien sentirse triste por ello.