Un espejo es como una ventana mágica que te muestra cómo te ves. Cuando te paras frente a él, el espejo refleja tu cara, tu ropa y todo lo que te rodea, como una imagen. No es una imagen real, porque cambia cada vez que te mueves. Es casi como tener un gemelo que copia todo lo que haces.
Piensa en un espejo como un estanque brillante. Cuando miras en un estanque, puedes ver el cielo, los árboles e incluso tu cara mirándote. El espejo hace lo mismo pero sin agua. Refleja la luz, por eso puedes verte en él.
Imagina un espejo como un narrador que cuenta la historia de lo que está frente a él. Si sonríes, el espejo te devuelve la sonrisa. Si saludas con la mano, el espejo te devuelve el saludo. Repite lo que ve, igual que cuando juegas a imitar con tus amigos. Los espejos nos ayudan a vernos y asegurarnos de que tenemos la ropa puesta correctamente, el cabello peinado y los dientes limpios.