Piensa en la medicina como un equipo de pequeños superhéroes que viven en botellas o cajas especiales. Cuando tu cuerpo se siente enfermo o dolorido, estos superhéroes entran en acción. Viajan dentro de tu cuerpo para encontrar a los malos, como los gérmenes o el dolor, y ayudan a que desaparezcan. Así como una curita ayuda a que una herida sane, la medicina ayuda a que tu cuerpo se sienta fuerte y sano de nuevo.
A veces, la medicina es como una poción mágica que ayuda a tu cuerpo a luchar contra las cosas malas que te hacen sentir mal. Es como beber un jugo especial que le dice a tu cuerpo que sea valiente y fuerte, para que puedas volver a jugar y divertirte.
Otras veces, la medicina es como una manta cálida que te envuelve cuando tienes fiebre. Te ayuda a refrescarte y te hace sentir cómodo y seguro. O puede ser como una canción de cuna suave que te ayuda a dormir cuando te sientes incómodo.
Recuerda, es importante tomar medicina solo cuando un adulto dice que está bien, porque ellos saben lo que tu cuerpo necesita para mejorar.