Cuando hablamos de máximo, piensa en lo más grande o lo más que puedes tener de algo. Imagina que tienes un frasco lleno de caramelos. Si pones tantos caramelos como puedas en el frasco hasta que ya no quepan más, ese es el número máximo de caramelos que el frasco puede contener. Es como cuando intentas llenar un vaso con agua; el máximo es cuando el agua llega al borde y cualquier otra gota se derramaría.
Otra forma de pensar en máximo es cuando estás jugando en un columpio. Mueves tus piernas para ir cada vez más alto. El punto más alto que puedes alcanzar antes de empezar a regresar es tu altura máxima en el columpio. Es lo más alto o más lejos que puedes llegar.
En una carrera, la velocidad máxima es lo rápido que puedes correr cuando vas lo más rápido posible. Es la velocidad máxima que puedes alcanzar. Así que, cada vez que escuches la palabra máximo, piensa en lo más, más grande, o más lejos que algo puede ser. Es como alcanzar la cima de una montaña donde no puedes subir más.