Piensa en un árbol. Cuando es joven, comienza como una pequeña semilla. Necesita mucho cuidado como sol, agua y buena tierra para crecer. A medida que crece más grande y fuerte, se convierte en un árbol maduro. Esto significa que puede mantenerse erguido en el viento, dar sombra e incluso crecer frutos. Ser maduro es como ser fuerte y estar listo para ayudar a los demás.
Imagina una mariposa. Comienza como un pequeño huevo, luego se convierte en una oruga. Tiene que comer muchas hojas para crecer. Luego, se envuelve en un capullo y espera. Cuando sale, es una hermosa mariposa. Ser maduro es como convertirse en la mejor versión de uno mismo, como la mariposa.
Piensa en un hermano o hermana mayor. Cuando son maduros, saben cómo compartir juguetes, ayudarte a atar los zapatos y contarte historias. Saben cuándo jugar y cuándo ser serios. Ser maduro significa saber cómo hacer las cosas correctas y tomar buenas decisiones, como un niño grande que sabe cómo ayudar a los demás y ser responsable.