Un nudo es como cuando atas tus cordones para mantener tus zapatos en tus pies. Piensa en ello como una forma para que dos trozos de cuerda se abracen muy fuerte para que no se suelten. Cuando haces un nudo, las cuerdas se vuelven todas retorcidas y rizadas, como cuando tu cabello se enreda. Pero en lugar de ser desordenado, un nudo es como un pequeño abrazo que mantiene las cosas juntas.
Imagina que estás jugando con una manguera de jardín y quieres asegurarte de que el agua no se escape. Puedes hacer un nudo para evitar que el agua salga, al igual que usas una banda elástica para mantener tu cabello en una cola de caballo. El nudo es como una capa de superhéroe para la manguera, dándole el poder de sujetar firmemente y no soltar.
De otra manera, un nudo es como un rompecabezas. Tienes que torcer y girar la cuerda de la manera correcta para que funcione. Si lo haces bien, el nudo se mantendrá fuerte, como un apretón de manos secreto entre dos amigos. Y al igual que un rompecabezas, puedes desatar un nudo descubriendo cuidadosamente qué parte tirar o torcer, para que las cuerdas puedan soltar su abrazo.