Imagina tu mandíbula como una puerta que se abre y se cierra. Esta puerta te permite hablar, comer y sonreír. Al igual que una puerta tiene bisagras, tu mandíbula tiene una parte especial llamada articulación que la ayuda a moverse hacia arriba, abajo y de lado a lado. ¡Es como una llave mágica que permite a tu boca hacer todas estas cosas divertidas!

Piensa en tu mandíbula como un cofre del tesoro. Dentro, mantiene tus preciosos dientes seguros. Cuando masticas comida deliciosa, tu mandíbula es como una caja fuerte que mantiene todo junto, asegurándose de que nada se caiga.

Tu mandíbula también es como una marioneta. Cuando quieres decir algo o reír, tu cerebro tira de los hilos y tu mandíbula se mueve justo como debe. ¡Es como un pequeño espectáculo que ocurre cada vez que hablas o te ríes!

Imagina tu mandíbula como una capa de superhéroe. Te ayuda a hacer todos los sonidos del mundo, como cuando dices ‘hola’ o ‘gracias’. Sin ella, tus palabras podrían no salir tan suavemente, ¡como un superhéroe necesita su capa para volar por el cielo!