Una interfaz es como los botones y perillas de tu juguete. Cuando presionas un botón en tu coche de juguete, hace ‘vroom’. Esa es la forma en que el juguete ‘habla’ contigo y te permite controlarlo. Así como usas una cuchara para comer cereales, la cuchara es la ‘interfaz’ entre tú y tu desayuno. Te ayuda a llevar los cereales a tu boca sin hacer un desastre. Entonces, una interfaz es algo que te ayuda a hablar o controlar otra cosa.
Piensa en un control remoto para la televisión. Los botones del control remoto son como palabras mágicas que le dicen a la TV qué hacer. Si quieres ver tu dibujo animado favorito, presionas el botón correcto y la TV escucha. De esta manera, no tienes que levantarte y cambiar el canal en la TV misma. El control remoto es como un ayudante que hace las cosas fáciles.
Imagina la pantalla de una tableta. Cuando la tocas con tus dedos para jugar un juego o dibujar un dibujo, la pantalla es la interfaz. Te permite decirle a la tableta lo que quieres hacer sin tener que usar un teclado o ratón. Es como una ventana mágica que entiende tu toque.