La integridad es como un superpoder que te ayuda a ser un buen amigo. Imagina que tienes un escudo mágico que te hace decir siempre la verdad. Incluso si cometes un error, como romper un juguete, se lo cuentas a alguien en lugar de esconderlo. Este escudo te hace sentir bien por dentro porque eres honesto.

Piensa en la integridad como un pegamento que mantiene todas tus amistades fuertes. Cuando prometes compartir tus juguetes o ayudar a limpiar, y realmente lo haces, estás usando tu pegamento. Esto hace que tus amigos confíen en ti y quieran jugar contigo más.

La integridad también es como una brújula que siempre te señala la dirección correcta. Cuando tienes que elegir entre el bien y el mal, tu brújula te ayuda a tomar la decisión correcta. Como cuando ves una galleta en la mesa y sabes que no es tuya, tu brújula te dice que no la tomes. Esto te convierte en un héroe en tu propia historia.