La inhibición es como un semáforo para tu cerebro. Cuando quieres hacer algo, como comer una galleta antes de la cena, la luz roja de tu cerebro podría decir: ‘¡Alto! Espera hasta después de la cena.’ Esto te ayuda a tomar buenas decisiones y te mantiene seguro. Es como tener un pequeño ayudante en tu cabeza que te dice cuándo está bien ir y cuándo deberías esperar.
Piensa en la inhibición como una capa de superhéroe que llevas puesta. Cuando la llevas, puedes detenerte de hacer cosas que tal vez no sean la mejor idea. Si sientes ganas de saltar en el sofá, tu capa de superhéroe te ayuda a recordar que el sofá es para sentarse, no para saltar. Te ayuda a pensar dos veces antes de hacer algo arriesgado o travieso.
La inhibición también es como un botón de pausa en un control remoto. Si te sientes realmente enojado y quieres gritar, tu botón de pausa te ayuda a tomar una respiración profunda y calmarte primero. De esta manera, no dices algo de lo que podrías arrepentirte. Te ayuda a pensar con claridad y a tomar decisiones inteligentes.