Cuando hablamos de infectar, piensa en ello como cuando un pequeño germen o bicho invisible entra en tu cuerpo. Es como cuando una pequeña hormiga traviesa entra en tu cesta de picnic y empieza a comer las galletas. El bicho quiere hacer un hogar dentro de ti y a veces te hace sentir mal, como cuando tienes un resfriado o un dolor de barriga.
Imagina que tu cuerpo es un gran castillo fuerte con muchos soldados llamados glóbulos blancos. Estos soldados siempre están listos para luchar contra los malos, como los gérmenes, que intentan colarse. A veces, sin embargo, los gérmenes son bastante listos y pueden pasar desapercibidos por los guardias, que es cuando te enfermas.
De otra manera, piensa en ello como un juego de etiqueta. El germen es ‘eso’ y cuando toca tu cuerpo, tú también te conviertes en ‘eso’, y empiezas a pasar la etiqueta a otros. Por eso, cuando estás enfermo, es bueno descansar y quedarte en casa, para no pasar la etiqueta a tus amigos y familiares.