interior
Estar en el interior es como estar dentro de un fuerte de mantas acogedoras. Imagínate que estás envuelto, seguro y cálido, lejos del viento y la lluvia. Las paredes de tu casa son como los lados suaves del fuerte, manteniéndote protegido del mundo exterior. Dentro, puedes jugar con tus juguetes, leer libros o ver tus dibujos animados favoritos sin preocuparte por el clima.
Piensa en estar en el interior como estar dentro de un enorme tarro de caramelos. Las paredes son el tarro, y tú eres el dulce dentro, seguro y a salvo. Al igual que el tarro mantiene los caramelos libres de polvo o humedad, estar en el interior te protege de cosas como el aire frío o los insectos.
Imagina un castillo donde eres el rey o la reina. Las paredes de tu espacio interior son como las fuertes paredes del castillo, manteniendo todo tranquilo y pacífico. Dentro, puedes imaginar grandes aventuras, construir torres de almohadas o tener fiestas de té con tus peluches, todo sin interrupciones del exterior.
Estar en el interior es como recibir un gran abrazo de tu hogar. Es un lugar donde puedes sentirte cómodo y relajado, sabiendo que estás en un espacio solo para ti.