Piensa en ‘encender’ como si tuvieras una varita mágica, y cuando la agitas, aparece una pequeña llama. Esa pequeña llama es como una bailarina que comienza a bailar cuando dices la palabra mágica. Encender es la palabra mágica que despierta a la bailarina de llamas.
Imagina un dragón dormido dentro de una cueva. Cuando dices ‘encender’, es como hacerle cosquillas en la nariz al dragón, y estornuda una bocanada de fuego. La palabra ‘encender’ es la cosquilla que hace que el dragón se despierte y estornude fuego.
Imagina una habitación oscura con un pastel de cumpleaños. Cuando enciendes una vela en el pastel, la habitación se ilumina. La palabra ‘encender’ es como el fósforo que enciende la vela, haciendo que todo alrededor sea feliz y cálido. Es como encender las luces en un espacio oscuro, haciendo que las cosas cobren vida.
Piensa en un gran coche de carreras que necesita empezar a moverse. Cuando dices ‘encender’, es como girar la llave que hace que el coche haga ‘vroom!’ y comience a correr. Así que ‘encender’ es la acción especial que inicia algo emocionante y nuevo.