La hostilidad es como cuando tienes una nube tormentosa dentro de ti. Imagina cómo una tormenta hace que el cielo se vuelva oscuro y ventoso, y a veces llueve muy fuerte. Cuando alguien siente hostilidad, podría sentir que tiene una tormenta dentro de él, haciéndolo actuar de una manera que no es muy amable. Podrían decir palabras malas o poner cara de gruñón, al igual que una tormenta puede ser ruidosa y aterradora.
Piensa en la hostilidad como un cactus espinoso. Un cactus tiene espinas afiladas que pueden doler si las tocas. Cuando alguien se siente hostil, es como si tuviera espinas invisibles que hacen difícil que otros se acerquen. Podrían actuar de una manera que aleje a las personas, incluso si no es su intención.
La hostilidad también puede ser como un nudo enredado en una cuerda. Cuando una cuerda tiene un nudo, es difícil hacerla recta y suave. La hostilidad puede hacer que los sentimientos se mezclen y enreden, haciendo difícil que alguien se sienta tranquilo y en paz. Al igual que deshacer un nudo lleva tiempo y paciencia, ayudar a alguien a sentirse menos hostil puede llevar algo de tiempo y cuidado.