Algo hostil es como una gran nube gruñona en el cielo. No quiere compartir el sol y hace que todo se vea oscuro y triste. Al igual que cuando alguien se siente poco amistoso o malo, puede que no quiera jugar o compartir sus juguetes. Ser hostil significa actuar como esa nube, no dejando que la luz del sol de la amabilidad y la diversión pase.
Piensa en un erizo con sus púas fuera. No está listo para ser amigo o jugar porque se siente asustado o enojado. La hostilidad es como tener esas púas todo el tiempo, haciendo difícil para los demás acercarse y ser amigables. Cuando alguien es hostil, es como si estuviera diciendo ‘¡Aléjate!’ con sus acciones.
Imagina una cerca que es demasiado alta para escalar. Una persona hostil podría levantar esta cerca a su alrededor, no dejando que nadie entre. Es como si estuvieran construyendo un muro para mantener a los demás alejados, porque se sienten molestos o a la defensiva. Entender la hostilidad es saber cuándo darle a alguien espacio y tiempo hasta que se sienta mejor y listo para ser amigo de nuevo.