Sentirse indefenso es como cuando quieres alcanzar un tarro de galletas en un estante alto, pero eres demasiado pequeño para alcanzarlo por ti mismo. Es posible que necesites que un adulto te ayude porque no puedes alcanzarlo solo, sin importar cuánto lo intentes. Es esa sensación de necesitar que alguien más te ayude a hacer algo que no puedes hacer por tu cuenta.
Piensa en un pajarito que se ha caído de su nido. Agita sus alas con fuerza pero no puede volar de regreso a su nido. El pajarito se siente indefenso porque, sin ayuda, no puede regresar a su hogar acogedor.
Otra forma de pensar en indefenso es como ser un coche de juguete sin baterías. Quieres zoom por toda la habitación, pero sin las baterías, no puedes moverte. Necesitas que alguien ponga las baterías para que puedas vroom-vroom de nuevo.
Está bien sentirse indefenso a veces porque todos necesitan ayuda de vez en cuando. Es importante pedir ayuda cuando te sientes así, y recordar que la gente está ahí para apoyarte.