El talón es como la parte trasera de tu pie. Imagina tu pie como una gran almohada suave, y el talón es la parte que toca el suelo cuando te pones de pie. Es como la parte inferior de un zapato que te ayuda a mantener el equilibrio. Al igual que un coche necesita ruedas para moverse suavemente, tu pie necesita un talón para ayudarte a caminar y correr sin caerte. El talón es fuerte y te ayuda a impulsarte del suelo cuando saltas, como un resorte que te hace rebotar.
Piensa en tu talón como la base de una montaña. Cuando subes una montaña, comienzas desde abajo y avanzas hacia arriba. El talón es el punto de partida de tu pie, ayudándote a subir y bajar colinas y escaleras. Te proporciona una base sólida para pararte, como los cimientos de un edificio alto.
El talón también puede ser como una piedra en tu zapato. Si alguna vez has tenido una piedrecita en tu zapato, sabes cómo se siente. Pero el talón está diseñado para estar allí, ofreciendo comodidad y soporte, no como una piedrecita molesta. Ayuda a que tu pie se sienta bien incluso cuando caminas durante mucho tiempo.