Cuando tienes un raspón en la rodilla, es como si tu cuerpo fuera un equipo de pequeños constructores. Estos constructores trabajan muy duro para arreglar el raspón. Primero, limpian la zona, como cuando limpias tu habitación. Luego, empiezan a construir nueva piel, como juntar las piezas de un rompecabezas. Después de un tiempo, el raspón está cubierto y te sientes mejor. Esto se llama curar.
Piensa en tu cuerpo como un jardín. Cuando una flor se lastima, el jardín trabaja para ayudarla a crecer de nuevo. Envía agua y sol a la flor para hacerla fuerte otra vez. Tu cuerpo hace algo similar. Envía cosas especiales llamadas células para ayudar a que la parte herida de tu cuerpo se mejore.
Imagina tu cuerpo como un superhéroe. Cuando te haces un rasguño, tu cuerpo de superhéroe se pone una capa y se pone a trabajar. Lucha contra cualquier cosa mala y se asegura de que todo esté bien. Este poder de superhéroe es lo que te ayuda a curarte y sentirte bien otra vez.