El daño es como cuando tienes un juguete favorito y alguien lo rompe. Te hace sentir triste porque algo que amas ahora está dañado. El daño también puede ocurrirle a las personas, no solo a las cosas. Si alguien te dice palabras malas, puede herir tus sentimientos al igual que un juguete roto hiere tu corazón.
Piensa en el daño como una tormenta. Cuando llueve demasiado, las flores del jardín pueden resultar dañadas. Pueden perder sus pétalos o quedar empapadas. Al igual que las flores, las personas pueden sentirse heridas cuando suceden demasiadas cosas malas. El daño es como la tormenta que hace que las cosas no estén bien.
El daño también es como un lápiz que se afila demasiado. Si sigues afilando y afilando, el lápiz se vuelve demasiado pequeño para usar. El daño puede hacer que las personas se sientan pequeñas por dentro, como si no pudieran hacer lo que quieren hacer. Es importante ser amable y gentil para no dañar a los demás, al igual que queremos cuidar nuestros lápices para que duren mucho tiempo.