La guerrilla es como un juego de escondite, pero en lugar de jugar solo por diversión, las personas lo usan para sorprender a otros de manera seria. Imagina un grupo de personas que son muy buenas para esconderse. Usan árboles, rocas e incluso sombras para mantenerse fuera de la vista. Se mueven silenciosa y rápidamente, como pequeños ninjas, para sorprender a los demás. De esta manera, incluso si son pocos en número, pueden ser muy efectivos porque son muy sigilosos.
Otra forma de pensar en la guerrilla es como un juego de etiqueta, donde los jugadores no corren directamente unos hacia otros. En cambio, zigzaguean, se esconden y aparecen desde lugares inesperados. Esto los hace difíciles de atrapar y mantiene el juego emocionante e impredecible.
La guerrilla también puede verse como una forma inteligente de resolver problemas. Si tienes un gran problema que parece demasiado difícil de manejar, podrías intentar descomponerlo en partes más pequeñas y abordarlas de manera inteligente. Al igual que un rompecabezas, donde colocas las piezas una a una, las tácticas de guerrilla se tratan de ser inteligente y usar lo que tienes para superar los desafíos más grandes.