Un guardián es como un superhéroe que se para en una puerta para asegurarse de que solo las personas correctas entren. Imagina que tu casa tiene una gran puerta y quieres asegurarte de que solo tus amigos puedan venir a jugar. Un guardián estaría allí para decir ‘¡Hola!’ a todos los que pasan y verificar si están en tu lista de amigos. Si lo están, el guardián los deja entrar; si no, el guardián les pide amablemente que se vayan.
Piensa en un guardián como un gran paraguas fuerte que te mantiene seco cuando llueve. El guardián está ahí para protegerte de la lluvia, asegurándose de que te mantengas cálido y cómodo. Así como el paraguas mantiene la lluvia alejada, un guardián evita que cualquier cosa mala se acerque a ti.
Un guardián también es como un perro vigilante que se sienta junto a la puerta. Este perro escucha atentamente y mira alrededor para asegurarse de que todo esté seguro. Si algo parece extraño, el perro ladra para avisarte. De la misma manera, un guardián presta atención a todo lo que lo rodea para mantenerte seguro.