Moler es como cuando tomas un crayón y lo frotas muy fuerte en un papel hasta que se hace más pequeño y más pequeño. Moler hace que el crayón cambie de forma y tamaño, al igual que las personas trabajan muy duro para cambiar o lograr algo importante. Es como cuando tienes un gran bloque de queso y usas un rallador para convertirlo en pequeños pedazos. El queso cambia de un gran trozo a muchos pedazos pequeños gracias al arduo trabajo que haces con el rallador.
Moler también es como cuando estás aprendiendo a andar en bicicleta. Puedes caerte y levantarte muchas veces. Cada vez que lo intentas, estás moliendo a través de la práctica, mejorando cada vez más. Al igual que sigues pedaleando y equilibrándote hasta que puedes andar suavemente, moler es hacer algo una y otra vez para volverse realmente bueno en ello.
Piensa en moler como una ardilla recogiendo nueces. La ardilla trabaja muy duro todos los días, recogiendo una nuez a la vez. Con el tiempo, la ardilla tiene un gran montón de nueces porque siguió trabajando duro y no se rindió. Moler es ser como esa ardilla, trabajando constantemente para reunir lo que necesitas o alcanzar tu objetivo.