Asustar es como cuando ves una gran sombra en tu habitación por la noche, y tu corazón comienza a latir muy rápido porque no sabes qué es. Pero luego enciendes la luz y ves que solo es tu oso de peluche sentado en una silla. Tu corazón se calma porque te das cuenta de que no hay nada de qué tener miedo.
Asustar también puede ser como cuando estás en el parque y escuchas un ruido fuerte como un gran trueno. Te hace saltar porque es inesperado y no sabes de dónde vino. Pero luego ves que solo son fuegos artificiales, y te sientes mejor porque sabes que no es algo peligroso.
A veces, asustar es como cuando estás jugando a esconder y buscar y alguien salta para decir ‘¡buh!’ Sientes un pequeño sobresalto por dentro, como una pequeña sorpresa. Pero luego te ríes porque sabes que solo es un juego, y tu amigo no quería asustarte de verdad. Es como una pequeña montaña rusa en tu barriga que desaparece rápidamente.