El flujo es como cuando estás jugando con tu juguete favorito y todo lo demás desaparece. Estás tan concentrado en construir tus bloques o dibujar tu dibujo que ni siquiera notas que el tiempo pasa. Es como estar en tu propio pequeño mundo donde nada más importa.
Piensa en un río. Cuando el agua fluye, se mueve suavemente y fácilmente, encontrando su camino alrededor de las rocas y curvas. De la misma manera, cuando estás en flujo, todo parece ir suavemente. Te sientes feliz y emocionado, y las cosas no se sienten difíciles o aburridas.
El flujo también es como cuando vas en bicicleta cuesta abajo. Sientes el viento en tu cara, y vas rápido sin tener que pedalear. Es fácil y divertido, y te sientes libre. Eso es lo que se siente el flujo—estar en el momento y disfrutar tanto de lo que estás haciendo que se siente sin esfuerzo.