El fuego es como un amigo brillante y danzante que puede mantenerte caliente cuando hace frío afuera. Tiene llamas que se mueven y retuercen como si estuvieran haciendo un baile feliz. Pero al igual que un amigo que necesita espacio, el fuego necesita ser dejado en su lugar y tratado con cuidado, o puede emocionarse demasiado y extenderse donde no debería.
Piensa en el fuego como un lápiz mágico que puede dibujar imágenes en el aire con su luz. Cuando lo miras, ves colores como el naranja, el amarillo y, a veces, el azul. Pero a diferencia de un lápiz, el fuego puede hacer que las cosas desaparezcan, convirtiéndolas en cenizas y humo, por lo que debemos tener mucho cuidado con él.
El fuego también es como un pequeño sol que puedes sostener en tu mano, pero solo si está en un lugar seguro como una chimenea o una vela. Nos da luz cuando está oscuro y puede ayudarnos a cocinar alimentos para hacerlos sabrosos. Pero al igual que no tocamos el sol porque es demasiado caliente, no tocamos el fuego porque puede quemarnos. Siempre recuerda, el fuego es un ayudante especial, pero necesita ser vigilado por adultos para mantener a todos seguros.