La retroalimentación es como cuando dibujas un dibujo y se lo muestras a tu amigo. Tu amigo podría decir que le encantan los colores que usaste, o podría sugerir añadir más azul. Esto te ayuda a saber lo que hiciste bien y lo que podrías cambiar la próxima vez. Es como un espejo que muestra cómo los demás ven tu trabajo.
Piensa en la retroalimentación como un mapa del tesoro. Te guía para mejorar mostrándote dónde están los tesoros ocultos de la mejora. Cuando alguien te da retroalimentación, te está dando pistas para encontrar esos tesoros.
La retroalimentación también puede ser como un abrazo para tus ideas. Puede hacer que tus ideas se sientan cálidas y apoyadas, ayudándolas a crecer más grandes y fuertes. Cuando escuchas la retroalimentación, es como regar una planta; ayuda a que tus ideas florezcan hermosamente.