Una despedida es como decir adiós a tu juguete favorito cuando tienes que guardarlo por un tiempo. Sabes que jugarás con él de nuevo, pero por ahora, es momento de hacer otra cosa. Es como cuando el sol se pone por la noche; se va, pero sabes que volverá a salir por la mañana. Decir adiós es una forma de hacerle saber a alguien que lo extrañarás, pero esperas verlo de nuevo, como esperar a que el sol regrese.
Piensa en una mariposa que se aleja de una flor. La mariposa se va, pero podría volver a visitar la flor. Decir adiós es como esa mariposa que se aleja; significa que tienes que irte, pero podrías regresar. Es una promesa de volver a verse, tal como la mariposa podría regresar a la flor.
Piensa en un libro que te encanta leer. Cuando lo terminas, lo cierras y lo vuelves a colocar en el estante. Decir adiós es como cerrar el libro, sabiendo que puedes abrirlo de nuevo en cualquier momento para volver a visitar tu historia favorita. No es el final, solo una pausa hasta la próxima vez.