La fe es como un superpoder dentro de ti que te ayuda a creer en cosas incluso si no puedes verlas. Así como cuando cierras los ojos y aún sabes que tu juguete favorito está en tu habitación, la fe te ayuda a sentirte seguro de cosas que no puedes tocar o ver. Es como tener un par de gafas especiales que te permiten ver el mundo de una manera especial.
Piensa en la fe como una semilla que plantas en el suelo. No puedes verla crecer bajo la tierra, pero crees que un día se convertirá en una gran y hermosa flor. Todos los días, la riegas y le das sol, confiando en que algo maravilloso está sucediendo incluso cuando no puedes verlo.
La fe también es como un abrazo de alguien a quien amas. Puede que no veas el abrazo cuando piensas en él más tarde, pero aún puedes sentir su calidez y confort. Es un sentimiento que se queda contigo, recordándote que eres amado y cuidado.
Finalmente, la fe es como un puente que te ayuda a cruzar desde donde estás hasta donde quieres estar. Incluso si el otro lado parece lejano, la fe te ayuda a dar un paso a la vez, confiando en que llegarás allí de manera segura.