Un ejecutivo es como el capitán de un gran barco. Se aseguran de que el barco esté yendo en la dirección correcta y que todos sepan qué hacer. Al igual que un capitán, un ejecutivo ayuda a las personas a trabajar juntas para llegar a su destino de manera segura y a tiempo. Toman decisiones importantes, como hacia dónde debe ir el barco y a qué velocidad debe viajar.
Piensa en un ejecutivo como el entrenador de un equipo deportivo. El entrenador no juega el juego, pero ayuda al equipo a practicar y a elaborar un plan para ganar. El ejecutivo ayuda al equipo a saber qué objetivos alcanzar y cómo lograrlos. Animan a todos y se aseguran de que el equipo trabaje bien junto.
Un ejecutivo también es como el director de una orquesta. El director no toca los instrumentos, pero ayuda a los músicos a tocar juntos bellamente. El ejecutivo se asegura de que todos en la empresa estén haciendo su parte, para que todo suene y funcione bien. Ayudan a resolver problemas y aseguran que todos entiendan su papel en el éxito de la empresa.