Un medicamento es como una poción especial que puede ayudar a tu cuerpo a sentirse mejor cuando no se siente bien. Imagina cuando tienes un dolor o un malestar estomacal, un medicamento es un poco como un jugo mágico que los médicos te dan para ayudar a que el dolor desaparezca o para ayudar a tu cuerpo a combatir los gérmenes. Estas pociones son hechas muy cuidadosamente por científicos y médicos para asegurarse de que funcionen correctamente.
Piensa en un medicamento como un superhéroe para tu cuerpo. Cuando tu cuerpo está cansado o enfermo, el superhéroe medicamento aparece para luchar contra los malos, que son los gérmenes o la enfermedad, y ayuda a tu cuerpo a volverse fuerte nuevamente. Pero al igual que los superhéroes necesitan descansar y recargar, no podemos usar medicamentos todo el tiempo. Solo los usamos cuando nuestro médico dice que los necesitamos.
A veces, los medicamentos son como una curita para el interior de tu cuerpo. Así como una curita ayuda a proteger un corte en tu piel, un medicamento ayuda a proteger y sanar partes dentro de tu cuerpo. Pero recuerda, no todos los medicamentos son iguales. Algunos son para la cabeza, otros para el estómago, y otros para diferentes partes de tu cuerpo.