Conducir es como ser el capitán de un gran coche de juguete que se mueve cuando se lo dices. Usas un volante para hacer que el coche gire a la izquierda o a la derecha, como girar un gran plato redondo. Hay pedales debajo de tus pies; uno hace que el coche vaya más rápido y el otro lo detiene, como presionar botones en un juguete para hacerlo mover o pausar.
Piensa en conducir como un baile entre tú y el coche. Trabajas junto al coche para moverte suavemente por la carretera. El coche escucha tus instrucciones y las sigue. Cuando quieres ir más rápido, presionas el pedal del acelerador, y cuando quieres reducir la velocidad o detenerte, presionas el pedal del freno, como decirle a tu pareja de baile que disminuya la velocidad o acelere.
Conducir es como jugar a un videojuego donde tienes que prestar atención a la carretera, seguir las reglas y asegurarte de que todos estén seguros. Miras a tu alrededor, usas espejos para ver qué hay detrás de ti y escuchas cualquier sonido que pueda decirte algo importante, como estar alerta en un juego para evitar obstáculos y ganar.