Imagina que tienes un juguete que te encanta. Cuando el juguete está cerca, puedes tocarlo, jugar con él y verlo claramente. Pero si pones el juguete en un estante alto donde no puedes alcanzarlo, se vuelve distante. Todavía puedes verlo, pero ya no puedes tocarlo ni jugar con él. Está lejos y necesitas ayuda para recuperarlo.
Piensa en un amigo que vive en otra ciudad. Cuando está cerca, pueden jugar juntos, hablar y divertirse. Pero si se muda lejos, se vuelve distante. Todavía puedes hablar con él por teléfono, pero no puedes verlo ni jugar con él tan a menudo. Está lejos y lo extrañas.
Piensa en las estrellas en el cielo. Son brillantes y titilan por la noche. Pero están muy, muy lejos. Son tan distantes que, aunque parecen pequeñas, en realidad son grandes. Están tan lejos que no podemos tocarlas ni visitarlas. Son como pequeñas luces en el cielo que solo podemos ver desde lejos.