La decepción es como cuando realmente quieres comer tu helado favorito, pero cuando abres el congelador, ya no hay más. Te sientes un poco triste porque estabas muy emocionado de tenerlo, y ahora no está. Es un poco como cuando construyes una torre alta con bloques y de repente se cae. Trabajaste duro y querías verla de pie, pero ahora es solo un montón de bloques. La decepción también es como cuando estás esperando que tu caricatura favorita salga en la tele y descubres que no la pasan hoy. Te sientes defraudado porque estabas deseando verla. A veces, la decepción se siente como cuando dibujas un cuadro y no sale como querías. Lo imaginaste perfecto, pero no quedó bien. Está bien sentirse decepcionado porque le pasa a todo el mundo. Recuerda que incluso si las cosas no salen como planeaste, siempre puedes intentarlo de nuevo o encontrar otra cosa que te haga feliz.