diplomático
Ser diplomático es un poco como ser un pacificador en el patio de recreo. Imagina que hay dos amigos que quieren jugar con el mismo juguete. Una persona diplomática trataría de ayudarles a compartir el juguete o a turnarse, para que todos estén contentos y nadie se enoje. Se trata de encontrar una manera en la que todos se sientan bien, al igual que cuando te aseguras de que todos tengan un turno en el columpio.
Piensa en ser diplomático como ser un puente entre dos lados de un río. El puente ayuda a las personas a pasar de un lado al otro sin caerse al agua. Cuando las personas no están de acuerdo, una persona diplomática les ayuda a entenderse y encontrar un punto medio, al igual que el puente ayuda a las personas a cruzar de manera segura.
Ser diplomático es también como ser un traductor de sentimientos. A veces, las personas tienen diferentes maneras de decir las cosas o diferentes ideas. Una persona diplomática escucha atentamente y ayuda a explicar lo que una persona quiere decir a otra, asegurándose de que todos entiendan y se sientan escuchados. De esta manera, pueden encontrar una solución que funcione para todos, al igual que cuando ayudas a tus amigos a entenderse durante un juego.