Un detective es como un solucionador de rompecabezas súper inteligente. Imagina que tienes una gran caja de piezas de rompecabezas coloridas, pero están todas mezcladas. El trabajo del detective es averiguar cómo encajan estas piezas para hacer una imagen. Usan sus ojos para mirar de cerca cada pieza y su cerebro para pensar mucho sobre dónde debe ir cada pieza.
Piensa en un detective como un gato curioso. ¿Sabes cómo a los gatos les gusta explorar cada rincón y mirar debajo de cada sofá? Los detectives hacen lo mismo, pero con pistas. Buscan pequeños detalles que otras personas podrían no notar, como una pequeña huella o un botón que falta, y usan esas pistas para resolver misterios.
Un detective también es como un superhéroe con una lupa en lugar de una capa. No tienen superpoderes, pero tienen super habilidades para descubrir la verdad. Hacen preguntas, escuchan las historias de las personas y, a veces, incluso se disfrazan para reunir información. Los detectives siempre están en busca de la verdad, al igual que los superhéroes buscan personas que necesitan ayuda.