La desesperación es como cuando tienes un rompecabezas y no puedes encontrar la última pieza. Buscas por todas partes, debajo de la mesa, en la caja de juguetes, e incluso en tus bolsillos, pero no está por ningún lado. Te sientes un poco triste porque quieres terminarlo con muchas ganas, pero no puedes. Es como una nube que hace que todo parezca un poco gris.
Imagina que tienes un globo que se eleva al cielo y ya no puedes alcanzarlo. Saltas y saltas, pero está demasiado alto. Sientes una cierta pérdida porque realmente te gustaba ese globo. Es como cuando tu juguete favorito está roto y no puedes arreglarlo.
La desesperación también es como un día lluvioso cuando no puedes salir a jugar. Esperas y esperas a que la lluvia se detenga, pero sigue lloviendo. Te sientes un poco atrapado porque realmente querías divertirte afuera. Es una sensación que te hace querer acurrucarte en una manta acogedora y esperar a que el sol brille de nuevo.