Cuando tienes un déficit, es como tener una alcancía que no tiene suficientes monedas para comprar el juguete que realmente quieres. Imagina que tienes un juguete que cuesta 10 monedas, pero solo tienes 7 monedas en tu alcancía. Te faltan 3 monedas, y esa parte que falta se llama déficit. Es como si tu alcancía tuviera un poco de hambre y necesitara más monedas para estar lo suficientemente llena para comprar el juguete.
Otra manera de pensar en un déficit es como un tarro de galletas. Supón que prometiste a tus amigos llevar 10 galletas al parque, pero solo tienes 6 galletas en el tarro. Necesitas 4 galletas más para cumplir tu promesa. Las galletas que faltan representan un déficit. Es como si el tarro estuviera un poco vacío y necesitara más galletas para hacer feliz a todos.
A veces, un déficit puede sentirse como intentar correr una carrera con un zapato faltante. Aún puedes intentar correr, pero es mucho más difícil porque falta algo importante. Una vez que encuentras el zapato faltante, o en este caso, las monedas o galletas que faltan, todo se vuelve más fácil y equilibrado.