Los ciervos son como bailarines del bosque, moviéndose graciosamente entre los árboles con sus largas patas y pasos suaves. Tienen un pelaje suave que los mantiene calientes, y su pelaje puede ser marrón, beige o incluso blanco, dependiendo de dónde vivan. En sus cabezas, algunos ciervos tienen cuernos, que son como coronas hechas de hueso que crecen y caen cada año.
Piensa en los ciervos como observadores de la naturaleza. Tienen ojos grandes y brillantes y grandes orejas que les ayudan a ver y escuchar todo lo que les rodea. Esto los hace muy buenos para saber cuándo algo o alguien está cerca. Los ciervos son muy tímidos y a menudo se esconden en el bosque para mantenerse seguros.
Los ciervos también son como los jardineros del bosque. Comen muchas plantas, como hojas, hierba y a veces incluso frutas. Al comer estas plantas, ayudan a mantener el bosque saludable y equilibrado, al igual que los jardineros cuidan de un jardín. Cuando se mueven, esparcen semillas con sus pezuñas, ayudando a que crezcan nuevas plantas.