Agacharse es como cuando finges ser un pequeño gatito esponjoso escondido bajo una silla. Doblas tus rodillas y acercas tu cuerpo al suelo, para ser muy sigiloso y pequeño. Es como convertirte en una pequeña bola, igual que un gato se acurruca cuando quiere esconderse o jugar.
Otra forma de pensar en agacharse es como ser una rana lista para saltar sobre un charco. Doblas las rodillas y te acercas al suelo, para poder saltar rápidamente. Tus piernas son como resortes, listas para impulsarte hacia arriba. Es una forma divertida de prepararte para moverte rápido, ¡igual que una rana!
Agacharse también es como cuando juegas al escondite y necesitas hacerte pequeño para esconderte detrás de un arbusto o debajo de una mesa. Pliegas tu cuerpo para que nadie te vea. Es un poco como una tortuga que mete la cabeza en su caparazón. Te vuelves más pequeño y compacto, para poder esconderte o prepararte para moverte rápidamente. ¡Agacharse es una forma divertida de cambiar de forma y tamaño!