Cuando dibujas un dibujo o escribes una historia, es como plantar un árbol especial en un jardín. Este árbol es tuyo, y tienes la llave mágica que te permite decidir quién puede recoger los frutos o sentarse a su sombra. Esta llave mágica se llama derechos de autor. Significa que solo tú puedes decir quién puede usar tu dibujo o historia, al igual que decidir quién puede jugar con tus juguetes.
Piensa en los derechos de autor como una capa de superhéroe que protege tu arte y tus historias. Esta capa se asegura de que nadie más pueda pretender que tu trabajo es suyo. Si alguien más quiere usar tu dibujo o historia, necesita pedir permiso, al igual que pedir si puede tomar prestado tu juguete favorito.
Otra forma de ver los derechos de autor es como una etiqueta de nombre en tu mochila. Muestra a todos que la mochila es tuya. Si alguien intenta llevársela, la etiqueta de nombre les dice que es tuya. Los derechos de autor son como esa etiqueta de nombre para tus creaciones, asegurando que todos sepan quién las hizo.