Una convulsión es como cuando tu cuerpo se confunde un poco y comienza a moverse de una manera que no puedes controlar, como cuando un robot de juguete comienza a temblar porque sus baterías se están agotando. Tu cerebro está enviando demasiadas señales a la vez, como un atasco de pensamientos, y tus músculos comienzan a moverse por sí solos. Es un poco como un baile sorpresa que no planeaste.
Piensa en tu cuerpo como una computadora. A veces, una computadora puede congelarse o fallar, y no hace lo que quieres. Una convulsión es un poco así para tu cuerpo. Tu cerebro es el centro de control de la computadora, y cuando recibe demasiadas señales, puede hacer que tus brazos o piernas se muevan por sí solos, como cuando el ratón de una computadora se mueve sin que lo toques.
O imagina que tu cuerpo es como una manguera de jardín. Cuando el agua fluye suavemente, todo está tranquilo y normal. Pero si hay un pliegue en la manguera, el agua podría rociar inesperadamente por todas partes. Una convulsión es como ese rociado inesperado, donde tu cuerpo está tratando de averiguar qué hacer a continuación.