Las “contracciones” son como trucos de magia con las palabras. Imagina que dos palabras son mejores amigas y deciden tomarse de la mano para convertirse en una sola palabra. Por ejemplo, “do not” se convierte en “don’t”. La pequeña marca que parece una coma flotante se llama “apóstrofo”. Ayuda a que las dos palabras se mantengan unidas, como pegamento.
Piensa en una “contracción” como una manta acogedora que hace que las palabras se acurruquen y se sientan cálidas. Cuando “you” y “are” tienen frío, se acurrucan bajo la manta y se convierten en “you’re”. El apóstrofo es como el botón que mantiene la manta envuelta alrededor de ellos.
Imagina una “contracción” como una capa de superhéroe. Cuando palabras como “cannot” se ponen su capa, se convierten en “can’t” y vuelan más rápido a través de las oraciones. El apóstrofo es el poder especial que les permite moverse rápido, ayudándonos a hablar y escribir más rápido. Así que, cuando veas una contracción, recuerda que solo son dos palabras divirtiéndose juntas con un poco de ayuda de su amigo, el apóstrofo.