El contexto es como un rompecabezas. Cuando solo tienes una pieza, puede que no tenga sentido, pero cuando encuentras las otras piezas y las juntas, ves la imagen completa. Al igual que cuando alguien te cuenta una historia, necesitas todas las partes para entender lo que está sucediendo. Si alguien dice ‘el gato’, podrías preguntarte, ‘¿Qué gato?’ Pero si dicen, ‘El gato que vive al lado es muy peludo’, ahora tienes más piezas del rompecabezas para entender mejor.

Piensa en el contexto como el fondo de una pintura. Si ves una imagen de un árbol, podrías pensar, ‘Ese es un árbol bonito.’ Pero si el fondo muestra una gran tormenta, sabes que el árbol es fuerte porque se mantiene en pie incluso bajo la lluvia. El fondo te ayuda a entender toda la escena.

Imagina el contexto como un libro de cuentos. Si lo abres en el medio, podrías no saber quiénes son los personajes o por qué están haciendo algo. Pero si comienzas desde el principio, aprendes sobre los personajes, dónde viven y qué quieren hacer. Esto te ayuda a entender la historia mucho mejor.