La confesión es como cuando tienes un gran secreto dentro de tu corazón, como un globo lleno de aire. Si lo mantienes dentro, parece que el globo se hace más y más grande, ¡y podría explotar! Pero cuando se lo cuentas a alguien, es como dejar salir el aire del globo y te sientes mucho mejor.
Piénsalo como un cofre del tesoro. A veces, encerramos cosas dentro porque tenemos miedo o vergüenza. Pero cuando abres el cofre y compartes lo que hay dentro con alguien de confianza, es como compartir un tesoro especial con ellos. Te hace sentir más ligero y feliz.
La confesión también es como una nube tormentosa sobre tu cabeza. Cuando mantienes algo dentro, parece que la nube se vuelve más oscura y pesada. Pero cuando hablas de ello, es como si el sol saliera y la nube desapareciera.
Es importante encontrar a alguien en quien confíes, como un padre o un maestro, para compartir tu confesión. Ellos pueden ayudarte a sentirte seguro y amado, sin importar lo que les digas.