Competir es como cuando tú y tu amigo están jugando un juego y ambos quieren ganar. Es como una carrera donde todos corren muy rápido para ver quién puede cruzar la línea de meta primero. Cuando compites, das lo mejor de ti y usas toda tu energía para hacer algo mejor que otra persona. No se trata solo de ganar, sino también de divertirse y dar lo mejor de uno mismo.
Piensa en un rompecabezas. Tú y tu amigo tienen el mismo rompecabezas y quieren ver quién puede armarlo más rápido. Ambos trabajan muy duro, y tal vez incluso se ayudan un poco. Incluso si no terminas primero, aprendes y te diviertes intentándolo.
Competir también es como cuando tú y tu hermano quieren construir la torre más alta con bloques. Intentas diferentes maneras de apilarlos alto sin que se caigan. A veces tu torre puede caerse, pero aprendes nuevas formas de construirla mejor la próxima vez. Competir te ayuda a crecer y a mejorar en las cosas, incluso si no ganas cada vez.