Ser infantil es como cuando estás jugando con tus juguetes y no quieres compartirlos con tus amigos. Es como cuando agarras tus juguetes con fuerza y dices, ‘¡Mío, mío!’ aunque tus amigos solo quieren jugar contigo. A veces, ser infantil significa que puedes llorar o enojarte por cosas pequeñas, como cuando tu helado se cae al suelo y sientes que es el fin del mundo.
Piensa en un cachorro que se emociona mucho por todo, incluso por una simple pelota. El cachorro podría saltar, menear la cola y ladrar felizmente, sin pensar en nada más. Ser infantil es un poco como ese cachorro, lleno de energía y sin preocuparse por lo que sucede a su alrededor.
Imagina un globo que vuela hacia el cielo. No piensa en a dónde va ni en cómo volverá a bajar. Ser infantil puede ser como ese globo, lleno de sueños y sin preocuparse por el futuro o las consecuencias. A veces, es divertido ser como un globo, flotando sin preocupaciones en el mundo.