Una cereza es como un pequeño, redondo y jugoso tesoro que puedes comer. Es como si alguien tomara una pequeña bola roja y la llenara de jugo dulce. Cuando la muerdes, es como una explosión de sabor delicioso en tu boca, ¡casi como una pequeña fiesta en tu lengua! Las cerezas suelen ser de un rojo brillante, como una manzana reluciente, pero mucho más pequeñas, casi como una canica.

Piensa en una cereza como una joya colgando de un árbol. Es suave y brillante, y cuando la luz del sol la golpea, brilla como una bonita gema. El árbol es como un gran amigo que sostiene todas estas pequeñas joyas para que las recojas y disfrutes. Cuando recoges una cereza, es como encontrar un regalo especial de la naturaleza, solo para ti.

Las cerezas también son como pequeños globos llenos de delicias. Son redondas y pueden rebotar un poco si las dejas caer. Dentro, tienen una pequeña semilla dura, como una sorpresa secreta. Pero ten cuidado, ¡la semilla no se come! Es como una pequeña piedra dentro de tu deliciosa golosina.