mejilla
La mejilla es como la suave almohada al lado de tu cara. Cuando sonríes o frunces el ceño, tus mejillas suben y bajan, al igual que una pelota rebotando cuando juegas con ella. Las mejillas ayudan a mostrar cómo te sientes, como cuando estás feliz, pueden volverse un poco más redondeadas y cuando estás triste, pueden caer un poco.
Piensa en tus mejillas como un lienzo donde tus emociones pintan imágenes. Cuando te ríes, tus mejillas pueden sentirse cálidas y rosadas, como cuando coloreas con tus crayones. Si te pones tímido, pueden volverse rosadas, como el rubor en la cara de una muñeca.
Las mejillas también son como los suaves cojines de un sofá. Protegen tus dientes y te ayudan a masticar la comida, al igual que los cojines hacen que sentarse sea más cómodo. Cuando comes algo delicioso, tus mejillas te ayudan a saborear cada bocado, al igual que una cuchara te ayuda a recoger helado.