Una célula es como un pequeño bloque de construcción que compone todo en tu cuerpo, al igual que pequeñas piezas de LEGO construyen un castillo. Cada célula tiene su propio trabajo, como algunas se encargan de producir energía, mientras que otras te ayudan a crecer o a sanar. Son tan pequeñas que necesitas una herramienta especial llamada microscopio para verlas.
Piensa en una célula como una pequeña fábrica. Dentro de la fábrica, hay muchos trabajadores y máquinas. Los trabajadores se llaman orgánulos, y cada uno tiene una tarea especial. Algunos producen energía, otros construyen cosas, y otros limpian los desechos. Juntos, mantienen la fábrica funcionando sin problemas, al igual que todos los orgánulos mantienen la célula funcionando.
Una célula también es como una pequeña ciudad. Tiene una muralla de la ciudad llamada membrana celular que protege todo lo que hay dentro. Hay carreteras para transportar materiales, e incluso una oficina del alcalde llamada núcleo que toma decisiones importantes para la ciudad. El núcleo contiene todas las instrucciones, como un libro de recetas, que le dice a la célula cómo hacer su trabajo.